La palabra “estrés” se ha convertido en parte del vocabulario cotidiano, generalmente se hace referencia a él ante situaciones que «nos sobrepasan» o nos cuesta enfrentarnos a ellas. Pero, ¿qué es realmente el estrés? ¿Cómo se puede identificar el estrés? ¿Cómo se puede mejorar el estrés?
¿Qué es el Estrés?
Realmente, el estrés es una respuesta adaptativa que ayuda al individuo a enfrentarse a las necesidades del entorno. Una característica esencial del ser humano es la facultad de adaptación al cambio, siendo el estrés necesario para lograr adaptarnos a los continuos cambios a los que nos enfrentamos a lo largo de la vida, cambios negativos – un fallecimiento, una enfermedad, una ruptura amorosa, un despido laboral… –, pero también positivos – iniciar una relación sentimental, esperar un hijo, un ascenso laboral… –. Cuando padecemos estrés ante tales situaciones o cambios, el sistema fisiológico se reajusta, manteniéndose de esta forma el equilibrio psicológico. Este tipo de estrés, «positivo», ayuda a que cuerpo y mente se mantengan en un estado sano y vital.
El estrés es un problema cuando la demanda del ambiente supera la capacidad de la persona para hacer frente a la misma, es decir, cuando una situació nos supera, ya sea por la carencia de los recursos necesarios, por la elevada complejidad de la tarea, por el intenso esfuerzo que requiere, por la falta de tiempo, etcétera.
Hoy en día, el estilo de vida actual, caracterizado por la necesidad de movilidad en grandes ciudades con mucha población, la intensificación de la jornada laboral con una alta demanda de tareas y la dificultad de conciliación de la vida personal y profesional, contribuye de forma muy notoria a la aparición de exceso de estrés. Cuando el estrés se convierte en un problema puede llegar a tener grandes repercusiones en la vida de las personas a distintos niveles (físico, mental, laboral, familiar…). Es por ello de notable importancia la detección del mismo lo antes posible, ya que normalmente la toma de conciencia se suele producir cuando empiezan a identificarse sus graves consecuencias.
¿Cómo saber si tengo Estrés?
Debido a las grandes repercusiones que tiene el estrés en la vida de las personas, resulta importante detectar ciertas claves que pueden ser indicativas de su presencia. Los signos más comunes y evidentes del estrés son:
- Problemas de memoria, p.ej., cuando una persona no recuerda dónde ha dejado algo en reiteradas ocasiones.
- Dificultades en la concentración, la persona no es capaz de mantener la atención en una tarea determinada.
- Preocupación constante, excesiva, sobre cuestiones del día a día, ya sean relevantes o no.
- Una mayor irritabilidad que ocasiona una mayor cantidad de conflictos interpersonales.
- Dificultades para relajarse y disfrutar de una actividad (p.ej., leer o ver una película).
- Frecuentes problemas físicos debido a la debilitación del sistema inmunitario (p.ej., resfriados, dolor en el pecho, estreñimiento, etc.).
- Descenso del apetito sexual, sin causa que lo justifique.
- Cambio de hábitos y/o cambios fisiológicos: morderse las uñas, comer en exceso o apenas alimentarse, dificultad para conciliar el sueño, aparición de tics nerviosos…
Estas señales son indicativas de la presencia de problemas de estrés, por lo que es conveniente tomar medidas para tratar de solucionarlo cuanto antes y evitar complicaciones más graves.
¿Cómo reducir el Estrés?
Detectadas las señales y síntomas del estrés, se pueden aplicar ciertas estrategias que previenen, gestionan o palian el estado estresante. Algunas de las más recomendable son las siguientes:
- Hacer ejercicio físico: está demostrado que durante la actividad física no sólo se aumenta la energía y se descarga la frustración, sino que el cerebro libera sustancias que propician un aumento de las sensaciones de bienestar.
- Llevar una dieta saludable: limitar el consumo de productos altos en azúcar y consumir abundantes verduras, frutas y proteínas magras aumenta el nivel de energía a nivel corporal y mental.
- Dormir entre 7 y 9 horas: sin duda, un buen descanso nos carga de energía y nos ayuda a pensar con mayor claridad.
- Disfrutar de planes de ocio: dar un paseo, escuchar música, ir al cine, a una exposición… nos ayuda a «desconectar» facilitando la relajación.
- Pasar tiempo con familiares y amigos. Disfrutar de la compañía de personas allegadas, a las que poder transmitir las situaciones estresantes que se padecen, puede también resultar de gran ayuda. Poder «desahogarse» es muy importante.
- Aprender nuevas maneras de relajarse. Practicar técnicas de relajación es una herramienta muy útil para disminuir el ritmo cardíaco y reducir la presión sanguínea, mejorando el estado físico y mental. Un terapeuta puede ayudarnos a desarrollarlas, pero también se pueden aprender mediante libros o vídeos.
- Aprender a decir “no». Hay que aprender a decir «no» al exceso de carga laboral y/o doméstica, enfrentarse al problema para lograr una solución.
- Pedir ayuda. Pedir ayuda cuando nos encontramos mal, lejos de ser un signo de debilidad, es un ejemplo de fortaleza, todos podemos necesitar la ayuda de los demás, o de un profesional, en algún momento de nuestra vida.
Cuándo acudir a Terapia por exceso de Estrés
Más allá de todas las dificultades que conlleva el exceso de estrés desde su aparición, si éste no se mantiene bajo control, un estado de estrés permanente puede llegar a ocasionar, incluso, graves problemas de salud como diabetes o numerosas enfermedades cardíacas. No obstante, antes de llegar a tales extremos, existen tratamientos psicológicos para el estrés muy eficaces dirigidos a su evaluación y afrontamiento. Si los problemas de estrés persisten en el tiempo y no logramos mejorar nuestro estado físico y mental, es conveniente acudir a un especialista que nos ayude a afrontar la situación y lograr recuperarnos. En Aesthesis disponemos de profesionales especializados que ya han ayudado a numerosas personas a mejorar su calidad de vida eliminando el exceso de estrés que mermaba su bienestar.
El estrés es causado por “estar aquí” pero querer estar “allí”. Eckhart Tolle (16/02/1948, Alemania), escritor y maestro espiritual
En conclusión, el estrés es una reacción adaptativa del individuo ante demandas intensas del entorno. No siempre es negativo, pero si se percibe que no se tienen recursos personales suficientes para afrontar tales demandas y los problemas de estrés que ello genera se prolongan en el tiempo, se convierte en una circunstancia que provoca malestar y que conlleva numerosos problemas de salud. Por ello, es importante detectar el estrés y tratar de afrontarlo y gestionarlo para mejorar nuestro bienestar. Y si es necesario, acudir a un especialista. No dudes en consultarnos si necesitas solventar cualquier duda o aclaración.
Rafael Fenoy Castaño, psicólogo en Aesthesis Psicólogos Madrid
Referencias
American Academy of Family Physicians (2016). Cómo manejar el estrés diario. Familydoctor.org. https://es.familydoctor.org/estres-como-afrontar-mejor-los-retos-de-la-vida/
Vorvick, L. (2016). Manejo del estrés. MedlinePlus enciclopedia médica. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001942.htm