En ocasiones oímos hablar de las manías y los rituales, pero ¿en qué se diferencian? ¿En qué situaciones se producen? ¿Cuáles son sus causas?
¿ Qué son las «Manías»?
Las manías son definidas como costumbres que se repiten con cierta frecuencia y que generan una falsa creencia de control sobre acontecimientos externos como, por ejemplo, aprobar un examen. Con el tiempo, la mayoría tiende a desaparecer mientras que otras son reforzadas, aumentando la frecuencia y duración de las mismas de forma progresiva, a la vez que comienzan a generar una interferencia en la vida diaria de la persona. Un ejemplo de ello, serían las personas que llevan a cabo numerosas repeticiones de una misma acción, como lavarse las manos.
Morderse las uñas es uno de los ejemplos más comunes de este tipo de comportamientos. Asimismo, es posible encontrar una larga lista con una gran variedad de ejemplos. No obstante, es necesario destacar la alta prevalencia de este tipo de comportamientos, que carecen de problemas hasta que comienzan a interferir en la vida de la persona.
¿Qué son los «Rituales» y las «Compulsiones»?
Las compulsiones hacen alusión a comportamientos rígidos y estructurados que la persona realiza como forma de paliar la ansiedad o angustia generada por un pensamiento o idea obsesiva y recurrente. Además de conductas que puedan ser observadas por agentes externos, como dar varias palmadas o chasquear los dedos, las compulsiones pueden llevarse a cabo también a través de actos mentales, como repasar listas o contar.
Este tipo de actos son descritos como irresistibles ante un determinado acontecimiento, por lo general, una idea obsesiva, que genera un gran malestar en la persona. Asimismo, presentan una serie de características comunes:
- Son comportamientos o actos mentales que la persona se ve obligada a realizar, como consecuencia de la aparición de una idea obsesiva, a través de una serie de reglas rígidas.
- Se manifiestan a través de conductas estructuradas, rígidas y repetitivas.
- El objetivo es la reducción del malestar experimentado y la prevención de algún acontecimiento negativo o situación temida.
- Pueden ser reconocidos por la persona como irracionales o excesivos; aunque esto no suele ocurrir en los niños.
- Existe una gran dificultad para frenar el ritual o resistirse al mismo.
- Suponen una gran pérdida de tiempo e interfieren negativamente en el día a día.
Por otro lado, las compulsiones o rituales son organizados en función de la naturaleza de la acción. Los más comunes son los siguientes:
- Limpieza. Se lleva a cabo la limpieza excesiva y repetitiva como forma de evitar posibles focos de suciedad o contaminación. Estas acciones se pueden llevar a cabo tanto sobre objetos como sobre sí mismo (lavarse las manos de forma repetida).
- Repetición. Consiste en realizar una conducta un número de veces determinado. Pueden ser tanto conductas observables (golpes sobre la mesa, tocar la puerta varias veces…) como mentales o cognitivos (repetir una determinada frase, seguir una secuencia numérica…).
- Comprobación. Hace alusión a la comprobación repetida de situaciones como haber cerrado el gas o la puerta, revisar en varias ocasiones si se ha enviado un email, etc.
- Acumulación. Hace referencia a la dificultad por desprenderse de objetos sin ninguna utilidad.
- Orden. Consiste en la colocación de los objetos siguiendo una secuencia determinada.
Otra cuestión importante es la inclusión de otras personas en la realización de los rituales. Muchos de los individuos que poseen este tipo de compulsiones implican a los familiares y amigos cercanos en la realización de los diferentes rituales a través de constantes preguntas sobre sus obsesiones o preocupaciones; así como mediante la ayuda en las comprobaciones, en las rutinas de limpieza compulsiva, etc. De este modo, y a pesar de la intención de los familiares y amigos por ayudar a reducir la ansiedad de estas personas, están contribuyendo al mantenimiento del problema. Es por esta razón que, en el tratamiento de este tipo de problemas, se suele incluir a las personas del contexto social más próximo.
Manías y rituales en la infancia
Uno de los hallazgos más relevantes de este problema es la alta prevalencia de manías o rituales durante la infancia. De hecho, la mayoría de las personas ha poseído manías o rituales a lo largo de su desarrollo, como realizar pequeñas acciones ritualizadas antes de irse a dormir, caminar sin pisar las líneas de las baldosas, manías a la hora de realizar un examen, colocar los objetos de una determinada forma antes de realizar una acción como estudiar, etc. Debido a ello, resulta muy complicado el diagnóstico de problemas como el trastorno obsesivo compulsivo durante esta etapa del desarrollo.
Cuando este problema surge en la infancia, se encuentra una serie de características distintivas. En estos casos, los temas obsesivos se centran más en la muerte de los progenitores, los robos, el contagio de enfermedades y la prohibición de la actividad sexual. Además, los más pequeños no son conscientes de la irracionalidad de sus preocupaciones y la gran mayoría suele pedir ayuda a los padres en la realización de los distintos rituales. Además, se ha observado que, en muchas ocasiones, los rituales no se corresponden con una obsesión determinada; es decir, simplemente llevarían a cabo este tipo de comportamientos porque afirman sentirse mejor una vez los han realizado.
Para distinguir una situación normal de una patológica, es necesario atender a la posible interferencia que el problema esté ocasionando en la vida cotidiana de los niños, especialmente en aspectos como el aseo personal, el sueño, las tareas escolares o el vestirse; ya que son las áreas sobre las que suelen centrarse los distintos rituales infantiles. Asimismo, habrá que atender al tiempo que dedican los niños al desarrollo de estas acciones así como a la posibilidad de que lleven a cabo la repetición de una determinada actividad.
El diagnóstico precoz de este tipo de problemas y una intervención temprana garantizarán un mejor resultado y una mayor calidad de vida de la persona, previniendo el desarrollo de patologías más graves. Para ello, especialmente en el caso de los niños, la familia juega un papel fundamental tanto en la detección del problema como en la aplicación del tratamiento.
Rafael Fenoy Castaño
Referencias
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Varela, O. (2010). MANÍAS, RITUALES Y OBSESIONES: ¿COSAS DE NIÑOS? – Cinteco. Revisado el 20 de julio de 2016 del sitio web: http://www.cinteco.com/manias-rituales-y-obsesiones-cosas-de-ninos/