La depresión es una de las patologías mentales con mayor prevalencia en la población mundial. ¿Conoces los síntomas? ¿Los has experimentado alguna vez? ¿Cómo se origina un estado depresivo?
Qué es la Depresión
En la actualidad, la depresión es considerada una patología de gran importancia debido al incremento de su prevalencia y al impacto generado sobre la sociedad, especialmente en relación al sufrimiento que experimentan los afectados, y también sus allegados, así como por los costes que genera en el sistema de salud.
«Depresión», hace alusión a un trastorno del estado de ánimo caracterizado por sentimientos de infelicidad, abatimiento, o desvitalización, entre otros. Puede tratarse de una problemática transitoria o permanente, y es capaz de generar una interferencia en diversos ámbitos de la vida de la persona (entorno profesional, actividades lúdicas, tareas cotidianas, etc.). La depresión es una dolencia que puede llegar a originar un alto nivel de angustia, un continuo sentimiento de irritabilidad que puede afectar a la calidad de las relaciones interpersonales, así como un descenso en el interés o en la capacidad de disfrute de las distintas actividades que resultaban gratificantes para la persona. Todos estos aspectos pueden contribuir a al empeoramiento, e incluso la cronificación, de la depresión.
La emoción más asociada a la depresión es la tristeza, una respuesta emocional con una función adaptativa dirigida a captar la atención y cuidado de los demás, y recabar energía para poder hacer frente a situaciones adversas y de adaptación, entre otras características. La tristeza está vinculada con situaciones de pérdida que generan un fuerte impacto en la persona (fallecimiento de un ser querido, pérdida de un trabajo, el fin de una relación sentimental, un traslado no deseado, etc.) que pueden llegar a provocar una depresión. Si bien la tristeza es una respuesta emocional común y generalizada, puede llegar a ser considerada patológica cuando se produce un incremento notable en su intensidad y/o duración.
Síntomas de la Depresión
Los cuadros depresivos pueden mostrar una gran variedad de sintomatología de diversa tipología: síntomas de tipo afectivo, cognitivo, conductual y físicos, y todos ellos influyen en todos los sistemas de respuesta del organismo. En términos generales, los principales síntomas que pueden encuadrarse dentro de la depresión son los siguientes:
- Tristeza e irritabilidad prolongadas.
- Sentimientos reiterados de culpabilidad y/o inutilidad, pensamientos negativos sobre sí mismo y sobre el mundo.
- Descenso de la autoestima.
- Anhedonia, es decir, pérdida de la capacidad de disfrute e interés por las actividades gratificantes, reducción de hábitos y actividades placenteras.
- Descenso o incremento del apetito y con ello, del peso corporal.
- Alteraciones en el sueño: insomnio, hipersomnia (sueño excesivo)…
- Estados de agitación o enlentecimiento motriz (movimientos corporales lentos, como retardados).
- Descenso de capacidades cognitivas e intelectuales (razonamiento, atención, etc.).
- Desesperanza.
- Ideación suicida.
Prevalencia de la Depresión
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que afecta a 280 millones de personas en el mundo, lo que la convierte en una de las patologías más frecuentes de la sociedad actual, se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión. Esta organización considera que actualmente la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad.
Se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5,7% de los adultos mayores de 60 años. La depresión es aproximadamente un 50% más frecuente entre las mujeres que entre los hombres.
Causas de la Depresión
La depresión tiene un origen multifactorial, es decir, en su génesis intervienen diversos factores de naturaleza orgánica, ambiental y psicosocial.
En lo referente a los factores orgánicos, hay una importante relación entre la salud física y la depresión, así, enfermedades cardiovasculares, o discapacidades físicas pueden causar depresión, y viceversa.
En relación a los factores ambientales, hábitos conductuales relacionados con la alimentación, el tabaquismo, la drogadicción o la inactividad física pueden llegar a originar depresión.
En cuanto a los factores psicosociales, destacan las consecuencias emocionales derivadas de situaciones adversas como rupturas sentimentales, accidentes con daños graves, fallecimientos de personas allegadas, situaciones de pérdidas traumáticas (perder el empleo, la vivienda…) como posibles causas habituales de una depresión.
No obstante, son múltiples las condiciones psicológicas que pueden dar lugar a un cuadro depresivo, entre las que destacan las que se mencionan a continuación.
Depresión por efecto de experiencias adversas
Tiene que ver con momentos del pasado en los que ha habido una carga emocional intensa tras vivencias que han sido dolorosas. Por ejemplo, la pérdida de un trabajo en el que uno se sentía realizado, una enfermedad grave, una experiencia de abuso, la pérdida de una persona significativa, etc. Las pérdidas tempranas generan predisposición a la depresión.
Depresión por impotencia y desesperanza
Aunque son diversas las emociones que tiene una persona con depresión, los sentimientos preponderantes en este estado psíquico patológico son los de impotencia y desesperanza al no poder alcanzar lo que se desea.
Depresión por acción de la agresividad
Este camino puede conducir a la depresión porque perturba las relaciones interpersonales. Cuando una persona es agresiva en su trato con los demás, ejerciendo respuestas y acciones violentas, provoca el rechazo de los que le rodean, y ello puede llegar a generar un fuerte sentimiento de abandono.
Depresión por la culpa
Esta emoción puede predisponer a la depresión debido a que no permite la satisfacción con la imagen ideal que se tiene de uno mismo, el sentimiento de culpa puede ser tan fuerte que una persona puede buscar ser castigada o actuar contra sí misma con la intención consciente o inconsciente de expiar la culpa. Este desarrollo de conductas masoquistas imposibilita la consecución de los objetivos deseados en la vida, y ello puede acabar sumiendo a la persona en una profunda depresión.
Depresión por los trastornos narcisistas
Los trastornos narcisistas de la personalidad están relacionados con la autopercepción del propio individuo, así, las personas narcisistas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, de grandiosidad, con escasa empatía en las relaciones personales y con la necesidad de ser admirados por los demás. En las personas narcisitas, la depresión puede generarse debido al deterioro de la imagen de uno mismo, generando sentimientos de vergüenza sobre sí mismos. En ocasiones, la sintomatología depresiva es favorecida cuando colapsa la grandiosidad que, hasta ese momento, había ayudado a negar las limitaciones personales.
Depresión por las angustias persecutorias
Las personas con angustias persecutorias tienen tendencia a pensamientos fóbicos o paranoides, con temores constantes, al concebir la realidad externa como peligrosa. Los continuos temores ante determinadas situaciones (entrevista de trabajo, acudir a una fiesta, estudiar un curso, etc.) provocan que la persona deje de exponerse a determinadas situaciones que son habituales en la vida cotidiana, lo cual la puede llevar a un estado de aislamiento y, finalmente, a la depresión.
Depresión por identificación
Esto es, reconocerse igual a alguien con quien se tiene un vínculo de apego importante y que manifiesta un estado depresivo. Esto ocurre sobre todo por identificación con padres y principales cuidadores que presentan un estado depresivo. Por ejemplo, crecer al lado de padres que verbalizan convicciones como “no voy a conseguir nada de lo que me propongo”, “nadie quiere estar conmigo”, “no seré capaz de hacer esa tarea”, etc., potencia que las personas de su entorno, especialmente los hijos, incorporen esas creencias respecto a sí mismos.
Depresión por los déficit «yoicos»
Es decir, depresión por falta de recursos ante diferentes situaciones. Por ejemplo, no tener habilidades sociales para conseguir o recuperar un trabajo, no saber provocar una respuesta afectiva en el otro, etc. Ante estas situaciones, la persona puede experimentar un fuerte sentimiento de impotencia que podría derivar en un estado depresivo.
En definitiva, es posible describir una larga lista de variables que intervienen en la génesis de la depresión. No obstante, hay tratamientos eficaces para la depresión, si bien es necesario que un psicólogo profesional lleve a cabo una evaluación exhaustiva que permita descifrar los factores implicados en el origen y mantenimiento de la depresión, un paso esencial para el diseño e implementación de un adecuado programa de tratamiento.
Puedes ampliar información en nuestra sección «Depresión, síntomas y tratamiento«, y si crees que tú, o alguna persona de tu entorno, puede estar pasando por una depresión, no dudes en acudir a nuestra consulta, nuestros terapeutas son psicólogos profesionales que ya han ayudado a muchas personas a superar una depresión. ¡Contacta con nosotros!
Te dejamos un vídeo por si queires ampliar información sobre la Depresión:
Depresión: Síntomas, Causas, Consecuencias y Tratamiento
Natalia Correa Flores y Rafael Fenoy Castaño, psicólogos en Aesthesis Psicólogos Madrid
Referencias
Arango, J. D. (1 de octubre de 2018). La depresión desde una perspectiva psicodinámica. Psicología dinámica. http://psicologiadinamicahoy.blogspot.com/2015/04/48-la-depresion-desde-una-perspectiva.html
Bleichmar, H. (2020). Desde el narcisismo a la depresión vía la agresividad: un modelo transformacional que describe posibles caminos. Aperturas psicoanalíticas: Revista de psicoanálisis, (65), 5.
Bogaert, H. (2012). La depresión: etiología y tratamiento. Ciencia y Sociedad, Vol. 37 (2), 183-197. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87024179002
Méndez, J. A., e Ingelmo, J. (2009). La psicoterapia psicoanalítica desde la perspectiva del enfoque Modular-Transformacional. Ancares Gestión Gráfica.
Morales, C. (2017). La depresión: Un reto para toda la sociedad del que debemos hablar. Revista Cubana de Salud Pública, Vol. 43 (2), 136-138. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=21451176001
Piqueras, J. A., Martínez, A. E., Ramos, V., Rivero, R., García, L. J. y Oblitas, L. A. (2008). Ansiedad, depresión y salud. Suma Psicológica, Vol. 15 (1), 43-73. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=134212604002
Organización Mundial de la Salud (31 de marzo de 20230). Depresión. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. (2020). Depresión y Suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental. https://fundadeps.org/wp-content/uploads/2020/09/LibroBlancoDepresionySuicidio2020.pdf
Veytia, M., González, N. I., Andrade, P. y Oudhof, H. (2012). Depresión en adolescentes: El papel de los sucesos vitales estresantes. Salud Mental, Vol. 35 (1), 37-43. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58223290006