La historia de la hipnosis ha estado acompañada por numerosos espectáculos que han generado una idea equivocada sobre las características de esta técnica y sus usos, pero ¿en qué consiste exactamente la hipnosis? ¿Cuáles son las falsas creencias que se han derivado de su uso inadecuado?
La hipnosis es definida como un estado mental o un conjunto de actitudes generadas por una serie de instrucciones y sugestiones que pueden ser generadas por otro individuo (hipnotizador) o pueden ser autoinducidas por la misma persona (autosugestión). Asimismo, en el marco de la terapia psicológica, se trata de una situación donde el terapeuta, a través de un conjunto de procedimientos, sugiere al paciente que experimente una serie de cambios en diversas áreas (perceptiva, sensorial, cognitiva y de comportamiento).
La finalidad de este proceso es que los cambios se produzcan con una mayor eficacia y rapidez. Además, la hipnosis como procedimiento terapéutico es considerada una de las técnicas más antiguas para generar cambios de diversa índole. De hecho, se ha observado que todas las grandes culturas han utilizado herramientas sugestivas para potenciar el efecto de diferentes tipos de intervención.
Por otro lado, dicho proceso se compone de diversas fases, teniendo cada una de ellas una función u objetivo determinado. La primera de estas, la fase de inducción, desempeña un papel fundamental ya que permite que la persona sea más receptiva a este cambio.
La hipnosis es considerada un proceso interactivo entre hipnotizador e hipnotizado, donde este último deja sobre el terapeuta el “control” de diversos procesos. No obstante, es necesario destacar que, a pesar de lo que podemos ver en los diversos programas de televisión u otros tipos de espectáculos, el abandono del control por parte del paciente es de forma voluntaria, siendo éste consciente de todo el proceso, pudiendo retomar dicho control o interrumpir dicho proceso en cualquier momento.
A pesar de los descubrimientos sobre la aplicación de esta herramienta, es difícil encontrar definiciones claras sobre algunos de los elementos que la componen, siendo bastante frecuente encontrar que, de forma popular, algunos conceptos se han relacionado con características negativas de personalidad como “personas fácilmente influenciables” o “debilidad mental”.
Otro aspecto a resaltar es el uso inadecuado que han realizado de esta herramienta numerosos espectáculos. De hecho, hace unas semanas, una conocida cadena de televisión pública estrenó un nuevo show donde actores y otros conocidos eran supuestamente hipnotizados. A pesar del gran éxito televisivo en su estreno, han sido numerosas las asociaciones que han denunciado y solicitado la retirada del mismo, haciendo evidente los engaños y el fraude de este tipo de funciones.
Aplicaciones clínicas de la hipnosis
Se han desarrollado diversas aplicaciones para la hipnosis, especialmente en el campo de la medicina y la psicología, donde se ha evidenciado su uso en problemas de dolor, peso, colon irritable, consumo de tabaco, ansiedad y depresión asociadas al cáncer, náuseas y vómitos anticipatorios generados por la quimioterapia y otros problemas de comportamiento. No obstante, la hipnosis no es considerada como una terapia por sí misma, sino como una herramienta que es utilizada junto con una amplia gama de intervenciones.
Uno de los ámbitos donde se ha producido un gran incremento del interés por el uso de esta herramienta es el campo de la oncología, donde ha sido incluída en los diversos programas de intervención, así como en la formación de los profesionales.
Desde algunas corrientes de intervención, la hipnosis es considerada una modalidad vincular de relación en la que el terapeuta, a través de vivencias generadas a través de la palabra y la sugestión, logra comunicarse con el mundo del paciente. De esta forma, y a través de la comunicación generada en este vínculo, se busca la atenuación de los mecanismos de defensa del paciente para conseguir promover el cambio.
Principales mitos
Durante el desarrollo de la hipnosis, el campo científico de esta herramienta ha estado acompañado por la denominada “hipnosis de espectáculo”, favoreciendo la emergencia de creencias y mitos erróneos sobre la misma. Además, esta situación favoreció su emparejamiento con ciencias ocultas, el esoterismo o la parapsicología dando lugar a falsas concepciones que han fomentado un marcado rechazo por muchas personas. Los principales mitos relacionados con la hipnosis derivados de su vertiente más folclórica o de espectáculo son los siguientes:
- Una persona puede quedar enganchada en el proceso de hipnosis y no poder salir del estado de trance. Durante el proceso hipnótico, el paciente es completamente consciente de lo que ocurre a su alrededor y mantiene el control de la situación en todo momento, por lo que puede interrumpir el proceso cuando lo desee.
- La hipnosis puede agravar problemas latentes del paciente. No existe evidencia científica que demuestre que esta herramienta pueda generar efectos colaterales o incrementar los problemas del demandante.
- El proceso genera un estado similar al sueño. En realidad ocurre lo contrario, el paciente permanece despierto en todo momento. De hecho, es posible llegar a realizarse hipnosis con los ojos abiertos. Tal y como ocurre en la mayoría de los casos, cerrar lo ojos para este proceso se realiza porque permite mejorar la concentración del paciente durante la hipnosis. Además, la evidencia demuestra que el hipnotizado participa activamente en su administración.
- Mientras la persona se encuentra bajo hipnosis, pierde el control voluntario de sus acciones. Se ha demostrado que, a pesar de actuar de una forma más automática, el individuo mantiene su capacidad de decisión y control, pudiendo elegir entre seguir las sugerencias o indicaciones del hipnotizador o interrumpir el proceso.
- El hipnotizador tiene un poder o habilidad especial. La investigación ha determinado que son muy pocas las habilidades que definen a un hipnotizador, que sería aquel que aplica las herramientas más adecuadas en el momento oportuno y que adapta dichas herramientas a las características de la persona y de la situación.
- El terapeuta puede manipular las acciones del hipnotizado. Como se ha comentado, la persona permanece consciente y mantiene el control, por lo que puede tomar sus propias decisiones durante todo el proceso.
- El paciente no recuerda lo que ha sucedido mientras estaba bajo hipnosis. Debido a que la persona es consciente del proceso, es capaz de recordar lo ocurrido durante el proceso.
- La hipnosis puede ser peligrosa o generar graves consecuencias. No se han detectado casos en los que el hipnotizado sufra problemas físicos o psicológicos derivados del uso de esta herramienta.
- La persona hipnotizada no puede falsear el relato de los acontecimientos vividos. La evidencia muestra que esta herramienta aumenta el recuerdo de material o experiencias vividas previamente, pero también de situaciones incorrectas o distorsionadas.
- Puede generar reacciones inusuales y excepcionales durante el proceso hipnótico. También es falso; lo que realmente ocurre es que la persona puede experimentar diversos tipos de cambios o experiencias (sensoriales, perceptivas, cognitivas o de comportamiento).
Rafael Fenoy Castaño
Referencias
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