Sexualidad
Problemas relacionados con la Sexualidad
La sexualidad humana es un conjunto de comportamientos cuya finalidad es la satisfacción del deseo sexual, las necesidades afectivas y la reproducción. En ocasiones, las personas podemos experimentar dificultades asociadas a la actividad sexual, lo que genera problemas relacionados con nuestra sexualidad, entre los que cabe destacar:
Miedo a la intimidad,
Problemas de autoestima que dificultan o impiden mantener relaciones sexuales,
Conflicto con los valores personales (por ejemplo, las creencias religiosas),
Malestar o conflicto relacionado con la identidad o la orientación sexual,
Problemas emocionales derivados de una disfunción sexual,
Traumas sexuales,
Cogniciones y emociones que interfieren en el acto sexual,
Problemas en alguna de las etapas del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo y resolución),
Problemas de pareja (falta de comunicación, de implicación…),
Tendencia a complacer a la pareja, quedando desconectado de los propios deseos y necesidades,
Dificultades en la comunicación acerca de los deseos y necesidades sexuales en el seno de la pareja.
En todos los casos, la persona padece un gran malestar que afecta a diversas áreas de su vida. Además, dada la naturaleza íntima del problema en cuestión, dicho malestar puede resultar difícil de compartir con otras personas de su entorno.
Tratamiento de los Problemas Sexuales: Terapia Sexual
Nuestra forma de abordar los problemas relacionados con la sexualidad se basa en la confidencialidad y el respeto a la intimidad de nuestros pacientes, sin establecer juicios de valor o visiones estereotipadas.
Partiendo de esta premisa, en una primera entrevista, nos basamos en el relato del paciente para analizar la gravedad de la situación, la intensidad de los síntomas y la interferencia que provoca en su vida. Además, atendemos también a otros indicadores físicos y psicológicos que nos permiten conocer mejor la situación del paciente, con el fin de detectar si padece otras afecciones (ansiedad, síntomas depresivos…), o si presenta indicios de somatización (síntomas físicos carentes de una causa médica).
Recopilada y analizada toda la información, identificamos el problema y lo delimitamos, de cara a establecer un diagnóstico diferencial y su correspondiente tratamiento.
El área de la sexualidad puede quedar muy condicionada por aspectos sociales, culturales, religiosos… que pueden llegar a influir de manera determinante en la vida sexual de los individuos.
Es el caso de los estereotipos sobre el comportamiento sexual, convencionalismos sociales y culturales de gran arraigo y aceptación general. Estos estereotipos pueden derivar en determinadas formas de pensar (prejuicios) y sentimientos que, cuando entran en conflicto con lo que la persona desea, interfieren en el mantenimiento y disfrute de sus relaciones sexuales. Lo mismo ocurre cuando los valores familiares o religiosos son contrarios a lo que se desea en el plano sexual.
Por otro lado, la sexualidad es un ámbito que se puede ver contaminado por las vivencias emocionales de otras áreas de la vida (ansiedad o estrés laboral, dificultades de comunicación, padecer una enfermedad…); vivencias que pueden contribuir a la aparición o intensificación de problemas en las relaciones íntimas.
Cualquiera que sea la causa que condiciona la sexualidad de la persona, nuestro objetivo es delimitar y concretar el problema sexual actual, determinar su origen, generar un diagnóstico diferencial y descubrir las dinámicas implícitas en dicho problema.
En el transcurso de las sesiones, terapeuta y paciente irán desarrollando una comprensión exhaustiva de las dificultades emocionales de la persona en relación con los posibles condicionantes de la sexualidad: los acontecimientos vitales estresantes, la autoestima (grado de valoración o sentimiento de ser valioso que la persona tiene de sí misma), la pérdida de funcionalidad física, la capacidad para relajarse y confiar en las personas allegadas, la timidez, la dificultad para validar las propias necesidades y deseos en el terreno sexual, la no resolución de conflictos de pareja, los prejuicios que puede tener la persona sobre su sexualidad o la de su pareja…
En ocasiones, los problemas de sexualidad también pueden desarrollarse como producto de la existencia de vivencias de tipo traumático. Dichas vivencias, al no estar asimiladas de forma adecuada, suelen operar en un nivel muy bajo de conciencia, o incluso ser directamente inconscientes. En estos casos, se genera igualmente un diagnóstico diferencial y se describen todas las características del problema sexual: intensidad, interferencia, cuándo aparece, cómo se activan los recuerdos… Posteriormente, trabajamos las experiencias traumáticas pasadas, ayudando al paciente a enfrentarse a ellas y “re-procesarlas”, con el fin de que logre disfrutar plenamente de su sexualidad, sin interferencias.
Al objeto de la superación del trauma, analizaremos, de una parte, los recuerdos emocionales de la memoria semántica, encargada del archivo y la recuperación de la información emocional; y de otra, los relatos de la memoria episódica, encargada del registro y almacenaje de la información relatada. Cuando se dan situaciones traumáticas, estos dos tipos de recuerdo quedan “desligados”, por ello, el objetivo principal en estos casos es “reintegrar” ambos recuerdos, para dotarles de un sentido y un contexto que permitan al paciente reprocesarlos de forma satisfactoria.
En todos los casos, a lo largo del tratamiento, bajo el contexto seguro del vínculo terapéutico, obtendremos una comprensión profunda del problema, que transformará los bloqueos y malestares del paciente en recursos y capacidades, para recuperar un sentimiento de más plenitud en su sexualidad y por ende, en su vida en general.
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