Terapia de Pareja

¿Te estás planteando acudir a una Terapia de Pareja?
Con el paso del tiempo, y la rutina, a veces las relaciones de pareja se deterioran. Es algo habitual, porque mantener una relación en el tiempo no es tarea fácil, y la convivencia, en ocasiones, puede resultar muy compleja. Sin embargo, cuando el amor sigue presente, y hay ganas de luchar por seguir adelante, merece la pena darse una oportunidad, solucionar los problemas y lograr una relación de pareja más fortalecida y más enriquecedora.
Si te estás planteando acudir a una Terapia de Pareja estás dando el primer paso para iniciar ese proceso de renovación y mantener y mejorar tu relación. En Centro Aesthesis contamos con psicólogos profesionales especialistas en Terapia de Pareja que os ayudarán a ambos a conocer mejor vuestra relación de pareja e incluso a conoceros mejor a vosotros mismos, y de esta forma detectar la raíz de los problemas y buscar la forma más adecuada de solucionarlos.
¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué no funciona nuestra relación de pareja? ¿Por qué estamos mal? Ya nada es igual…
Es probable que, últimamente, se te pasen a menudo por la cabeza preguntas de este tipo, no te preocupes, son muchas las personas que se encuentran como tú porque son muchas las parejas que pasan por esta etapa en algún momento.
Una pareja surge cuando dos personas se enamoran, esta fase de “enamoramiento” se caracterizada por intensos sentimientos y gran pasión y ternura. Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo, la fase del enamoramiento va dejando paso a un tipo de relación más madura en la que la pareja se fundamente en otros valores como el afecto, el cariño, el compromiso, el respeto al otro, la comunicación fluida… De esta forma se crea un vínculo más estrecho que va más allá de la pasión y que consolida la relación.
A medida que la pareja avanza, aumenta el nivel de compromiso por parte de ambos miembros, y se lucha por mantener la relación afrontando los posibles problemas que puedan surgir en el camino. Pero el paso del tiempo, la convivencia, la rutina, son retos difíciles que deben afrontar todas las parejas, y que generan conflictos, en ocasiones, difíciles de superar.
Tales conflictos pueden dar lugar a un desencuentro entre los miembros de la pareja, que pueden llegar a plantearse incluso romper la relación. Las discusiones se hacen cada vez más frecuentes, la convivencia se hace más difícil y la rutina impera en el día a día. Todo ello provoca un gran malestar en ambos miembros de la pareja y se produce un distanciamiento afectivo, que termina generando también problemas en al ámbito sexual.
¡Pero no todo está perdido! Cuando el amor perdura y se quiere luchar por mantener y mejorar la relación, merece la pena darse una segunda oportunidad y salir fortalecidos de este bache en el complejo camino de la felicidad conyugal.
La Terapia de Pareja es una gran opción para lograr afrontar con éxito estos conflictos, un terapeuta especializado os ayudará a superar los problemas, a enriquecer la relación, y muy especialmente, a recuperar la ilusión perdida.
Las principales causas de los Problemas en una Pareja
Los conflictos más comunes en la Pareja
Las principales problemáticas que surgen en el seno de una relación de pareja provienen de las discrepancias generadas entre las necesidades y los deseos (conscientes e inconscientes) de cada miembro de la pareja.
Una diversidad de factores, tanto de índole personal como social, pueden influenciar la relación de pareja generando conflictos que rompen el equilibrio. La mayoría de los conflictos se fundamentan en tres problemas de base: problemas de comunicación en la pareja, la falta de aceptación del otro y la rutina.
Problemas de Comunicación en la Pareja
Con el paso del tiempo, ya sea por una desconfianza en el otro recurrente, ya sea por evitar conflictos mayores, se produce una falta de comunicación en la pareja que acaba ocasionando el distanciamiento. Los miembros de la pareja se convierten en meros compañeros de piso, casi en extraños, y parece que los puntos en común han desaparecido.
Una comunicación fluida y en confianza es el pilar de una relación de pareja satisfactoria y plena, es fundamental que ambos miembros puedan expresarse libremente, puedan contar cómo se sienten, cuáles son sus deseos y sus triunfos, y sus miedos y frustraciones, esperando siempre el respeto, la compresión y la ayuda del otro.
La falta de comunicación acaba erosionando gravemente la relación, generando en múltiples ocasiones el fin de la pareja. Los miembros de la pareja apenas se comunican, y cuando lo hacen se enzarzan en discusiones, a veces absurdas incluso, que se convierten en el eje central de la relación, dejando en segundo plano los sentimientos y los aspectos positivos que en su día dieron lugar a la pareja.
La Terapia de Pareja ayuda a recuperar esa comunicación tan necesaria en la relación, a que ambos miembros se expresen libremente y en confianza, a que la información relevante para uno y otro miembro fluya con naturalidad y de forma adecuada.
Falta de aceptación del otro
“Una pareja es cosa de dos”, expresamos cotidianamente con gran acierto, y es que es muy importante que cada miembro de la pareja se sienta aceptado, con sus virtudes y sus defectos, comprendido, en los buenos y en los malos momentos, y apoyado, tanto en los triunfos como en los fracasos, por el otro miembro.
Cuando esto no es así, se genera mucha impotencia y frustración en el miembro que no se siente aceptado, comprendido y apoyado por el otro, más aún si además hay reproches continuos de por medio, algo muy habitual.
Esta situación acaba provocando un distanciamiento afectivo que poco a poco va destruyendo la confianza del núcleo de la pareja, y toda la ilusión.
La Terapia de Pareja ayuda a potenciar la empatía, a ponerse en el lugar del otro, y al mayor conocimiento y comprensión del otro, enriqueciendo el vínculo de unión.
La rutina
La vida tiene un elevado porcentaje de rutina, y esto resulta muy positivo, puesto que sería muy caótico y agotador vivir permanentemente en la improvisación. Es por ello que una relación de pareja necesariamente implica la aceptación de cierta dosis de rutina, pero no se trata de que se instaure la monotonía en la pareja, también hay que dejar espacio a la creatividad y a poder sorprender al otro con pequeños gestos y acciones en el día a día.
Cuando la rutina en la pareja se prolonga durante mucho tiempo produce sensación de tedio y aburrimiento, se pierde la ilusión de realizar planes en común, el silencio va ganando terreno a la conversación, y puede llegar el día en que uno o ambos miembros de la pareja se pregunten por qué siguen juntos.
La rutina es uno de los principales factores de riesgo que pueden deteriorar una relación. Es fundamental que la pareja planifique actividades en común que motive a ambos miembros y rompan con lo de siempre, y que el factor sorpresa también forme parte de la relación para disfrutar plenamente de la vida en común.
La terapia de pareja ayuda a recuperar las ganas de sorprender al otro, de romper con lo de siempre, ayuda a evitar la monotonía, el exceso de rutina y, sobre todo, ayuda a recuperar la necesaria ilusión.
Otros factores desencadenantes de problemas en la Pareja
Falta de compromiso
Se trata de un desequilibrio en el grado el que se involucra emocionalmente cada miembro de la pareja para lograr ser felices ambos. Un miembro se siente más comprometido con la relación que el otro, y ello le genera sentimientos de impotencia y frustración.
Falta de cooperación
También se trata de un desequilibrio en la relación, pero en este caso en el sentido de que uno de los miembros no contribuye suficiente en lo que respecta a las responsabilidades del día a día, el cuidado de los hijos y las tareas domésticas especialmente, sobrecargando al otro de un exceso de labores que acaban generando reproches y frustración.
Escasa confianza, actitud posesiva
Uno de los miembros de la pareja no confía plenamente en el otro, esa inseguridad provoca que tal miembro asuma comportamientos posesivos, opresivos, que generan angustia y malestar en el seno de la pareja.
Celos excesivos
Si bien sentir celos es algo natural, que demuestra el interés por el otro, los celos pueden llegar a ser un gran problema cuando son obsesivos. Los celos surgen ante el miedo a perder a la pareja, a ser engañado o rechazado por ésta, a que nos sustituya por otra persona… Cuando son obsesivos conllevan pensamientos distorsionados acerca de la pareja, de la relación, generando respuestas de temor, de ansiedad en la persona que los padece, lo que provoca una actitud de exceso de control sobre el otro miembro con el objetivo de mitigar tales miedos y buscar la seguridad en la relación.
Falta de afecto
Las muestras de cariño y afecto son mínimas, los detalles con el otro casi inexistentes, a menudo por barreras emocionales en uno de los miembros que provocan gran insatisfacción en el otro.
Dependencia emocional
Debido a un problema de autoestima, uno de los miembros tiende a idealizar al otro, adoptando una actitud sumisa, al considerarlo superior.
Insatisfacción sexual
La mayoría de las veces es el resultado de otros problemas en la pareja, de la rutina, de la falta de afecto y pasión… Ello provoca la falta de deseo sexual e incluso disfunciones sexuales propiamente dichas, llegando hasta el punto de que las relaciones sexuales son prácticamente inexistentes en la pareja, siendo una de las formas más cariñosas, y placenteras, de demostrarse amor.
Infidelidad
La infidelidad a menudo es consecuencia del malestar y la insatisfacción en el núcleo de la pareja, que conduce a uno de los miembros, o incluso a los dos, a suplir las carencias con otras personas.
Desequilibrio de poder
Uno de los dos miembros asume el control total de la pareja y toma unilateralmente decisiones que afectan a los aspectos más importantes de la relación, como lo referente a la economía doméstica, la educación de los hijos, los horarios de cada uno… En definitiva, asume el control del día a día sin contar con el otro miembro.
Diferencias culturales
Diferencias culturales, religiosas, políticas, pensamientos enfrentados… que en un principio no se detectaron o no se les dio importancia, pero que con el paso del tiempo y el afianzamiento de la relación comienzan a coger relevancia y provocan conflictos importantes.
Injerencia de la familia de origen
En ocasiones, las familias de uno u otro miembro, o de ambos, son excesivamente invasivas en el núcleo de la pareja, interfieren en la relación demasiado, en su vida cotidiana, en sus decisiones… Ello acaba ocasionando conflictos y enfrentamientos, lo que llega a provocar el distanciamiento de los miembros de la pareja.
Agresividad y violencia
Cuando las discusiones provocan fuertes enfrentamientos, puede llegar a darse una situación de total descontrol, dando salida a la ira a través de la violencia.
La Terapia de Pareja ayuda a gestionar todos estos problemas, a afrontarlos partiendo de la base de cariño y unión de la relación. La Terapia de Pareja se enfoca en solucionar los conflictos y superar las barreras, con el fin de lograr una relación sana, fuerte y basada en el compromiso y el respeto mutuo; además de recuperar la ilusión por seguir adelante, esencial en el camino de la felicidad conyugal.
Cómo se realiza la Terapia de Pareja
La Pareja en la Psicología
En psicología, la pareja consiste en un sistema interactivo cuya dinámica se constituye a partir del plano “intrasubjetivo” de cada uno de los miembros (la influencia del mundo interior que ha sido construido a partir de las vivencias pasadas individuales) y del plano “intersubjetivo” (la interacción entre las estructuras y funciones psíquicas de cada uno de ellos).
Así, el objetivo de base de la Terapia de Pareja es descubrir y descifrar el sistema de influencia y regulación mutua establecido entre los miembros. Para ello, es necesario traducir los mensajes, tanto implícitos como explícitos, que se generan en la pareja y que justifican las distintas problemáticas que surgen en la relación interpersonal.
Tratamiento de los Problemas de Pareja
En primer lugar, se lleva a cabo una primera entrevista en profundidad con ambos miembros de la pareja. La finalidad principal de esta primera entrevista es identificar los principales conflictos que se producen en la pareja, así como las consecuencias de carácter emocional que estos generan sobre cada uno de los implicados.
También se explora el nivel de compromiso y de relación mantenidos entre los componentes en base a criterios más objetivos con el fin de estimar el contexto actual en el que se desarrolla la relación: estado civil, presencia o no de hijos, presencia de otras figuras relevantes en la relación (familiares…), bienes en común, etc.
Igualmente, se atiende a otros indicadores físicos o psicológicos, de cada uno de los miembros, que permitan comprender lo mejor posible el estado de la pareja.
Una vez recabada toda esta información se podrán delimitar las distintas dimensiones del problema que está deteriorando la relación, como punto de partida para la terapia.
Recogida toda la información necesaria para contextualizar el problema, se realiza un análisis de aquellos motivos o circunstancias que contribuyen a su mantenimiento.
Con este análisis, se inicia la intervención mediante la exploración de las situaciones y dinámicas interpersonales donde se manifiestan los conflictos de la pareja. Este análisis se complementa con una revisión de las experiencias infantiles de vinculación, especialmente las mantenidas con las principales figuras de referencia. Dichas experiencias constituyen Modelos Operativos Internos (MOI) que influyen, de forma consciente e inconsciente, en las modalidades de vinculación e interacción con otras personas debido a su capacidad para extenderse a otras relaciones.
El siguiente paso será la reelaboración de las alianzas inconscientes y de las dinámicas interpersonales no resueltas en las interacciones con las principales figuras de referencia y apego de cada uno de los componentes de la pareja, así como una reconstrucción de la historia vincular de ambos, tratando de generar, en última instancia, nuevos patrones de interrelación que permitan resolver las dificultades encontradas por la pareja y la constitución de un vínculo bidireccional y seguro.
Finalmente, se trabajará la estimulación y desarrollo del funcionamiento reflexivo, es decir, la comprensión sobre uno mismo, el otro miembro y la relación de pareja. Esto supone que ambos miembros adquieran capacidad y disponibilidad de auto-observación, adentrándose así en el entendimiento de sus experiencias emocionales.
Todo el proceso que conlleva la Terapia de Pareja contribuirá a un mayor conocimiento de uno mismo por parte de cada miembro, así como un profundo conocimiento de la propia relación, determinando la raíz de los conflictos, el origen de los problemas, y realizando las acciones necesarias para superar los problemas y lograr una relación estable y duradera, recuperando la ilusión.
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