¿Cómo afectan las enfermedades a los familiares?
Las distintas alteraciones que generan incapacidad (tales como demencias, enfermedades degenerativas, dolor crónico…) produce que aquellos que las sufren requieran el apoyo de otras personas. Esta situación provoca una serie de consecuencias sobre las personas más cercanas al enfermo, especialmente sobre el cuidador principal.
Es posible encontrar ciertas repercusiones como problemas de estado de ánimo, dificultades relacionadas con el sueño o irritabilidad y conflictos sociales, que pueden verse incrementados con el número de horas que el cuidador dedica al cuidado del enfermo y la gravedad de la enfermedad.
Por otro lado, es necesario destacar la situación de estrés que atraviesan los familiares, donde aparece un sentimiento de pérdida debido a que el familiar ya no es el que era. Esto implica la necesidad de modificar las distintas funciones que desempeñan los familiares para adaptarse a esta nueva situación. Todos estos cambios, junto con la necesidad de tratamientos prolongados, cuidados constantes y hospitalizaciones, generan una situación de sobrecarga sobre la persona implicada en su cuidado.
¿Cómo detectar la sobrecarga familiar?
La situación de agotamiento físico y psicológico propia de las personas encargadas del cuidado de otros se denomina Síndrome del Cuidador, producido por la dedicación continua y completa a la persona enferma.
Existe un conjunto de síntomas que permite detectar a aquellos cuidadores que viven una situación estresante:
- Dormir menos tiempo de lo recomendado.
- Sentimientos constantes de irritabilidad e impaciencia.
- Olvidos frecuentes.
- Enfermar de forma habitual.
- Sentimientos de agotamiento.
- Aislamiento del resto de personas.
- Disminución de las actividades de ocio y sociales.
- Incremento del consumo de sustancias como alcohol o tabaco.
- Aumento o reducción del apetito.
¿Cómo reducir o prevenir el malestar del cuidador?
Como forma de prevenir los diferentes problemas derivados de esta situación, se ha descrito una serie de recomendaciones que ayudan a incrementar la resistencia de las personas encargadas del cuidado:
- Realizar ejercicio físico de forma habitual.
- Mantener una dieta equilibrada.
- Llevar a cabo actividades de ocio.
- Dedicar un mayor tiempo para el sueño y el descanso.
- Organizar el tiempo.
- No abusar del consumo de excitantes y otras sustancias poco saludables (café, té, tabaco, alcohol…).
- Aceptar la ayuda de otras personas.
- Pedir ayuda cuando sea necesaria.
- Usar los diferentes recursos de apoyo, como las fundaciones asociaciones, servicios de ayuda domiciliaria, etc.
- Evitar el aislamiento y fomentar las relaciones sociales.
- Compartir los sentimientos y preocupaciones con los demás.
- No culparse por las posibles complicaciones que puedan surgir.
- Atender a las propias necesidades personales. Dedicarse una mayor cantidad de tiempo.
Rafael Fenoy Castaño
Referencias
Crespo, M.C. y Bayés, A. CONSEJOS SOBRE PSICOLOGÍA PARA PACIENTES CON ENFERMEDAD DE PARKINSON Y SUS FAMILIARES. Recuperado el 12 de abril de 2016 del sitio web: http://www.cuidadorascronicos.com/wp-content/uploads/2015/07/consejos_sobre_psicologia_para_pacientes_con_enfermedad_de_parkinson_y_sus_familiares.208.pdf
Síndrome del Cuidador: Cómo cuidar al que cuida. (2013). Centros de Daño Cerebral de Hospitales Nisa. Recuperado el 12 abril 2016, del sitio web http://www.neurorhb.com/blog-dano-cerebral/sindrome-del-cuidador-como-cuidar-al-que-cuida/