Frustración, malestar o dolor, son algunos de los sentimientos que acompañan al vaginismo que sufren algunas mujeres. Además, esta disfunción sexual limita las actividades sexuales de la persona que la padece.
Se trata de una disfunción sexual femenina, que consiste en la aparición persistente de contracciones involuntarias o espasmos en la musculatura del tercio exterior de la vagina. Dado que estos músculos intervienen en la penetración, para las mujeres que padecen esta disfunción existe una dificultad, llegando a la imposibilidad en muchos casos, de realizar el coito debido al dolor percibido.
La mujer percibe la tensión producida cuando existen intentos de introducción vaginal, por lo que esta disfunción suele interferir en actividades como el sexo, la inserción de un tampón o un examen médico.
Tipos de Vaginismo
Debe hacerse distinción entre dos tipos:
Vaginismo Primario: en este caso, no se ha conseguido nunca la penetración vaginal sin contracciones de los músculos del suelo pélvico. Aunque puede darse en mujeres de todas las edades, es más común en adolescentes y en jóvenes de 20 a 30 años.
Vaginismo Secundario: sucede cuando aparece la incapacidad ante la penetración en mujeres que anteriormente lograban dicha penetración con normalidad y sin experimentar dolor.
Causas del Vaginismo
Existen diversas causas que contribuyen en la aparición y desarrollo de esta disfunción. La mayoría de las pacientes que acuden a consulta terapéutica presenta vaginismo causado por factores psicológicos, no obstante, también hay mujeres en las que esta disfunción se origina por motivos físicos o incluso por ambos.
Causas Psicológicas
- Miedo. Una de las principales causas a nivel psicológico es el temor: a sentir dolor, a quedarse embarazada, a contraer una enfermedad de transmisión sexual, miedo al fracaso, o incluso temor a ser rechazada.
- Ansiedad y estrés. Estrechamente relacionados con el temor, la ansiedad y el estrés propician el empeoramiento de esta disfunción. Surgen a partir de experiencias negativas pasadas, presión social ante conductas sexuales (por ejemplo, por parte de amigos que ya han experimentado), conflicto de valores (generado por el enfrentamiento entre lo que una persona quiere hacer y lo que cree que debe hacer), negatividad hacia el sexo, problemas de autoestima, búsqueda de embarazo, metas irrealistas o altas expectativas de logro.
- Ausencia de tiempo necesario para la estimulación. La mujer requiere más tiempo que un hombre para conseguir ser estimulada sexualmente. Por esta razón, si no se realizan caricias en los genitales, difícilmente se logrará la lubricación, produciendo esto problemas en el suelo pélvico.
- Conflictos de pareja. El ámbito sexual se puede ver afectado por problemas que estén acaeciendo en la pareja. La falta de comunicación, desconfianza, desapego, continuas discusiones, invasión de la intimidad, etc., influyen negativamente en el funcionamiento de la pareja.
- Traumas en la infancia. Experiencias traumáticas que haya sufrido la paciente en primera persona o de las que haya sido testigo en su entorno más cercano. No solo de naturaleza sexual, como sufrir abusos sexuales, violaciones, tocamientos, ataques, trato denigrante, exposición obligada a pornografía, acoso verbal, sino también traumas de otra naturaleza, como por ejemplo, el abandono de unos padres a una hija.
- Educación sexual inapropiada. Ambientes familiares en los que se habla negativamente del sexo o en los que se evita hablar de ello, motivan, en muchos casos, el sentimiento de culpa ante las prácticas sexuales, generando esto altos niveles de ansiedad. Asimismo, la falta de información o la creencia de mitos, puede contribuir a la vivencia de primeras experiencias sexuales desagradables. Este hecho, genera también estrés y ansiedad.
- Falta de conocimiento sobre el funcionamiento sexual. Otro de los factores que intervienen en esta dolencia, resulta ser el desconocimiento sobre la anatomía de los genitales, así como el funcionamiento de nuestro cuerpo a nivel sexual.
Causas Físicas
Normalmente, las causas físicas provocan vaginismo de tipo secundario. Esto ocurre cuando la paciente no sufría dicha disfunción antes de las circunstancias que se describen a continuación:
- El parto. Después de dar a luz a un bebé, los órganos reproductores cambian, debido a esta razón, algunas mujeres en el momento de la penetración, experimentan espasmos y contracciones involuntarias como las descritas anteriormente.
- Incapacidad para lubricar. Esta es otra de las causas de naturaleza biológica ya que el lubricante facilita la penetración y con ello, la consumación del coito.
- Cambios hormonales y menopausia. Los cambios en el organismo a nivel hormonal, pueden influir también en el origen de esta disfunción
- Cirugía pélvica. Al igual que se describe en el parto, tras una intervención quirúrgica se producen cambios en el cuerpo que pueden generar la aparición del vaginismo.
- Malformaciones en los genitales. Existen casos de mujeres que presentan malformaciones en los genitales que pueden resultar en espasmos de la vagina.
- Uso de algunos medicamentos. Tras la ingesta de ciertos antibióticos se originan hongos en el aparato genital femenino, debido a la bajada de defensas. Esta alteración en el organismo ocasiona, en algunas mujeres, problemas vaginales.
- Otros problemas de carácter biológico. Himen rígido, endometriosis, inflamaciones de la pelvis, tumores pélvicos o estenosis de la vagina, entre otros, pueden provocar la aparición de vaginismo.
¿Es lo mismo Vaginismo que Dispareunia?
Aunque los límites pueden llegar a ser difusos, existe diferencia entre el vaginismo y la dispareunia. Mientras que en el vaginismo difícilmente se logra iniciar la penetración, en la dispareunia los dolores coitales aparecen durante el coito.
Un elevado número de casos de dispareunia, también conocida como coito doloroso, dan lugar a vaginismo, en el que la penetración resulta prácticamente imposible.
Asimismo, otra de las distinciones radica en que el vaginismo se trata de una disfunción femenina, mientras que la dispareunia masculina sí existe, aunque el porcentaje de personas que sufren dispareunia es bastante más elevado en mujeres que en hombres.
Tratamiento del Vaginismo
El tratamiento debe ser individualizado, teniendo en cuenta la historia personal de la paciente, y deteniéndose el profesional en las causas que hayan podido originar el problema. Aunque cada paciente necesitará poner en práctica unas técnicas u otras para que sea eficaz el tratamiento, debe comprender diferentes áreas de intervención.
- Área física. En este nivel de intervención, se trabaja para superar la tensión muscular o el dolor pélvico, a través de fisioterapia del suelo pélvico. Se recomienda llevar a cabo ejercicios de Kegel. El hecho de ejercitar los músculos de la pelvis, favorece el control de estos músculos. De esta manera, se consigue mejorar la movilidad.
- Área psicológica. En esta parte de la intervención son varios los objetivos que se pretenden alcanzar: eliminar las creencias de mitos, informar y educar sobre el propio cuerpo y la sexualidad humana, trabajar la parte emocional (sentimiento de culpa, frustraciones, malestar emocional), reducir/eliminar los temores y la ansiedad asociados a la disfunción, abordar la evitación que aparece ante todo tipo de relaciones sexuales, desarrollar la imaginación, establecer metas realistas, trabajar la autoexigencia, etc.
- A nivel de pareja. Son varias las terapias que se llevan a cabo para abordar el vaginismo a nivel de pareja, definidas por distintos expertos. Una de las más utilizadas es la Focalización Sensorial de Masters y Johnson cuyo objetivo es lograr que ambos miembros de la pareja puedan identificar sus propias sensaciones corporales. Está dividido en varias fases, al principio de la terapia no está permitida la realización del coito. Se comienza con caricias por zonas no genitales, a medida que progresa la terapia, se permiten las caricias genitales y en los pechos de la mujer. Estas técnicas, además de ayudar a identificar las sensaciones corporales, contribuyen en la reducción de la ansiedad, así como en la mejoría de la comunicación de la pareja.
Un tratamiento adecuado ante este tipo de disfunción, suele ir acompañado de un pronóstico muy favorable. En la mayoría de los casos tratados, el vaginismo desaparece.
Natalia Correa Flores, psicóloga en Aesthesis Psicólogos Madrid
Referencias:
Pérez, A. and García-Cruz, E. (2011). Vaginismo. Forumclinic.org. http://www.forumclinic.org/es/cu%C3%ADdate/sexo/noticias/vaginismo
Rodríguez, J.E. Guía para pacientes: Vaginismo y Dispareunia ISM. http://www.isemu.es/guia%20sobre%20vaginismo%20(Autoguardado).pdf
Santos Ruíz, J.L. y Sanz Rodríguez, L.J. (2014). Manual CEDE de preparación PIR. Psicología Clínica Vol.II. Madrid: CEDE.
Wikipedia.org. (2022). Vaginismo. https://es.wikipedia.org/wiki/Vaginismo