Perfección, utopía o realidad
“No temas a la perfección, jamás la alcanzarás” (Salvador Dali).
La sociedad actual enmarcada en un claro concepto de consumo, cantidad y cambio hace que nos veamos envueltos en un espacio, intrínsecamente e inevitablemente valorativo. No hay alternativa al perfeccionismo, las preferencias, expectativas y acciones son abiertas a la realización de un análisis público.
¿Qué entendemos por perfecto? ¿Qué es perfecto? Perfección se deriva del latín “perfectio” y puede traducirse como acción de dejar algo acabado, lo perfecto es aquello que no tiene errores, defectos o fallos, algo que alcanzó el máximo nivel posible. ¿Dónde está el límite? La idea de perfección puede variar de acuerdo a la concepción filosófica, y además depende del momento histórico y la sociedad. “Lo que se entiende por perfecto en siglo XXI, varía de lo que entendían por perfecto en el siglo XX”.
Para la religión católica lo perfecto es Dios. Para Aristóteles, la virtud está en el punto medio. Para la profesora de infantil lo perfecto es que sus alumnos no se salgan de la línea, pero si vamos al museo del Prado y nos quedamos unos segundos contemplando a las Meninas, no nos cabe duda de que para “ser perfectos” debemos salirnos de ella.
Desde un punto de vista más terrenal se asocia que algo está perfecto cuando se desarrolla según un plan de acción. La psicología entiende el perfeccionismo como la creencia de que se puede lograr la excepción, esta idea puede llevar al ser humano a sacar lo mejor de sí mismo y conseguir motivarse. Sin embargo, puede llegar a bloquearse si se encuentra sujeto a alcanzar la perfección en todas las áreas y ámbitos. En algunos casos el criterio puede volverse subjetivo, como cuando por ejemplo se trata de estética; e incluso considerarse la aparición de la imperfección como el sumun de lo perfecto.
Las personas perfeccionistas trabajan con gran dedicación en todo aquello que se proponen con el objetivo de hacerlo todo bien, procuran ser los mejores en cualquier iniciativa, buscando ser exitosos en todas las áreas y trabajan con el máximo potencial.
El perfeccionismo tiene muchas ventajas sociales, una persona con estas características puede ser muy exitosa en cualquier tarea que emprenda, presenta altos estándares de rendimiento y de superación. Es considerado un ideal replicable de la cultura occidental, “un defecto positivo”.
La expectativa de poder llegar a ser perfectos, nos puede llevar a ser individuos exitosos, aunque también puede llegar a tener consecuencias negativas para nuestra salud. Se asocia a falta de seguridad, confianza, rigidez en el pensamiento y altos niveles de ansiedad, todo ello puede llegar a provocar sufrimiento.
Las personas perfeccionistas pierden una gran cantidad de tiempo en revisar sus tareas ya que realizan múltiples verificaciones, son exigentes y autocríticos. Los perfeccionistas están sometidos a mucha tensión y presión; nunca llegan a estar conformes con los resultados que obtienen, no valorados desde la objetividad, todo esto les hace más propensos a sentirse mal. Dando lugar a la aparición de pensamientos disfuncionales como “tengo que hacer todo bien” “soy un desastre porque he cometido un fallo” que merman la autoestima. Postergan todo aquello que tiene que hacer para que todo esté perfecto. Espera que todo a su alrededor sea tan perfecto y las personas tan perfeccionistas como ellos, produciendo en numerosas ocasiones decepción y frustración al no cumplirse sus expectativas. Se relaciona con el control y en ciertas circunstancias la expresión de este rasgo de manera rígida y obsesiva, propicia el desarrollo de un trastorno obsesivo-compulsivo.
La génesis o causa del perfeccionismo se encuentra en la infancia y va desarrollándose hasta la vida adulta. El simple hecho de recibir elogios de manera constantemente puede llegar a crear una presión por mantener este estándar. Otros factores pueden ser: tener unos padres autoritarios o perfeccionistas; crecer en un hogar con unos hermanos altamente exitosos y percibir la necesidad de estar a la altura; o la sociedad competitiva en la que nos vemos inmersos. Puede influir también, en el desarrollo de este rasgo, poseer una baja autoestima, sentimientos de inferioridad o una falta de tolerancia a la frustración.
El perfeccionismo puede ser tóxico y dañino, pero si contamos con las suficientes estrategias, podremos evitar que el intento por construir la perfección, termine destruyendo y arrasando con todo. La gestión y la regulación del perfeccionismo consiste en cuidar la parte emocional, trabajar la autoestima y usar técnicas de relajación.
Es importante ver si detrás de este estilo, hay un intento de tapar un aparente defecto o imperfección. Así como atender a los altos niveles de autocríticas o de inculpaciones, ya que pueden producir parálisis comportamental o rumiación. Detrás de este rasgo, muchas ocasiones se esconde una escasa habilidad para recompensarse, para darse elogios o piropos…
En nuestro día a día, nos encontramos con múltiples situaciones que de una manera u otra nos obligan a exponernos y a tener que aventurarnos al juicio y a la opinión, es entonces cuando aparecen las limitaciones que son intrínsecas al ser humano. Las dudas nos inundan en ese deseo porque todo sea perfecto y el miedo nos paraliza por la pretensión de alcanzar un imposible “lo perfecto”.
La perfección que nunca llega a ser perfecta, y que se aleja de manera exponencial cuando nos disponemos a tocarla. La asunción de la imperfección, el error y la duda como perfecto son pilares de la concepción posmoderna de perfección. Muerta la utopía al derribar la modernidad no hay espacio para la perfección en busca de un canon o estética predeterminados. “¿A qué nos atenemos entonces? ¿Qué se espera ahora, de un perfeccionista? …”
«Nadie es perfecto. Por eso los lápices tienen gomas de borrar.»
Jimena De Miguel Charle
Referencias
Emol.com (2013). 14 signos para saber si eres una persona perfeccionista. Recuperado 4 de octubre de 2016 del sitio web http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2013/12/21/739590/14-signos-para-saber-si-eres-una-persona-perfeccionista.html
García-Allen J. (2016) Personalidad perfeccionista: las desventajas del perfeccionismo. Psicologiaymente.net. Recuperado 4 de octubre de 2016 del sitio web https://psicologiaymente.net/personalidad/personalidad-perfeccionista-desventajas
Portalatín B. (2013). Perfeccionismo: un verdadero síntoma de ansiedad. El mundo.es. Recuperado el 4 de octubre de 2016 del sitio web http://www.elmundo.es/salud/2015/08/18/55d2304246163f400c8b4598.html