En la actualidad, experimentar ansiedad ante los exámenes es algo muy habitual en nuestra sociedad. Ante esto, ¿Cómo se puede gestionar la ansiedad de una forma más adaptativa?, ¿Qué recomendaciones podemos emplear antes, durante y después del examen?
Hoy en día, cada vez son más comunes las pruebas de evaluación (exámenes, pruebas de acceso, oposiciones…), por lo que la ansiedad asociada a este tipo de situaciones se ha convertido en un problema bastante frecuente. De hecho, se estima que entre el 15 y el 25% de los estudiantes podrían presentar altos niveles de ansiedad ante estas pruebas, lo cual repercute sobre el rendimiento. De esta forma, un alto porcentaje del fracaso escolar podría deberse a este tipo de problemas.
Estas complicaciones surgen como consecuencia de centrarnos en pensamientos negativos o sensaciones personales, lo que puede interferir en la actividad de la persona cuando se expone a situaciones donde se realiza una valoración de sus cualidades personales o profesionales.
Se han descrito diferentes causas que cursan con los cambios propios de la sociedad, destacando el incremento en la competitividad, la presión social y, en especial, la presión familiar.
Una de las principales características de la ansiedad es su naturaleza anticipatoria; es decir, la persona prevé una posible amenaza. En un principio puede resultar una respuesta adaptativa, pero se convierte en la causa de numerosos problemas cuando se produce ante situaciones que no implican un peligro real como, por ejemplo, un examen.
Por otro lado, es necesario destacar que la ansiedad no siempre conlleva la presencia de consecuencias negativas. Según han mostrado diversas investigaciones, un nivel adecuado se relaciona con un alto rendimiento; reduciéndose éste a medida que la ansiedad se vuelve más intensa. Como consecuencia, se han desarrollado intervenciones dirigidas a reducir o eliminar este tipo de pensamientos anticipatorios, a sustituirlos por otros más racionales y a entrenar en técnicas que permitan reducir la activación del organismo ante este tipo de situaciones.
¿Cómo prevenir o controlar la ansiedad ante los exámenes?
Además de las intervenciones terapéuticas destinadas a reducir esta problemática, se han descrito una serie de recomendaciones que permiten manejar con una mayor eficacia los “nervios” antes, durante y después del examen; y así mejorar el rendimiento en dicha prueba:
Antes de comenzar:
- No estudiar la noche antes del examen.
- Es recomendable dejar de estudiar sobre las 22:00h y realizar otras actividades como relajación, escuchar música…
- Dormir un mínimo de 7 horas.
- Realizar deporte.
- No consumir sustancias estimulantes (cafeína, tabaco, vitaminas…).
- Preparar la noche anterior todo el material necesario para la evaluación.
- No repasar en el trayecto al examen.
- Conocer previamente las características de la prueba.
- Evitar hablar sobre el examen y no sentarse junto a estudiantes que constantemente hablan y preguntan sobre el temario.
- Centrarse en ejercicios de relajación como la respiración.
Durante el examen:
- Distribuir el tiempo disponible entre las diferentes preguntas.
- Prestar atención a las palabras-clave (analizar, definir…).
- Realizar un esquema antes de comenzar a redactar.
- Contestar en primer lugar las preguntas más sencillas.
- Desarrollar las ideas descritas.
- Evitar extenderse demasiado en una pregunta que se domina ampliamente.
- Revisar las respuestas antes de entregar la prueba.
- Contestar a través de tres pasadas en preguntas tipo test: en la primera pasada se contestan las preguntas más sencillas, en la segunda nos centramos en las que poseemos alguna duda pero que podemos responder y en la tercera aquellas en las que tenemos más dudas, descartando las que no sabemos.
- No centrarse en las preguntas que desconocemos.
- Focalizar la atención en la eliminación de las alternativas cuando dudamos en alguna respuesta.
Al finalizar la prueba:
- No comentar las respuestas con los compañeros.
- En las revisiones intentar conocer los errores para no cometerlos en futuros exámenes.
- Analizar las causas ante un posible fracaso: tiempo de estudio, ansiedad muy elevada, problemas de comprensión del temario…
- Analizar las causas y premiarse ante los éxitos.
En definitiva, experimentar ansiedad es algo normal y adaptativo en numerosas situaciones, es más, ayuda a incrementar el rendimiento en las tareas de nuestra vida cotidiana. Pero cuando esta ansiedad se torna muy intensa y predominan los pensamientos anticipatorios negativos comienza a repercutir negativamente en nuestro rendimiento en los exámenes y en nuestra vida en general. Ante esto, se han diseñado intervenciones dirigidas al control de la ansiedad así como también ciertas recomendaciones a seguir antes, durante y después de realizar los exámenes para tratar de gestionar la ansiedad de una forma más adaptativa, y que no suponga un obstáculo para realizar los exámenes de forma óptima.
«La ansiedad es la mente yendo más deprisa que la vida» (Anónimo)
Rafael Fenoy Castaño, Psicólogo en Aesthesis, Psicólogos Madrid.
Referencias:
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Escalona, A. y Tobal, J. J. (1996). La ansiedad ante los exámenes: evolución histórica y aportaciones prácticas para su tratamiento. Ansiedad y Estrés, vol 2, pp. 195-209.
García-Fernández, J. M., Martínez-Monteagudo, M. C. e Inglés, C. J. (2013). ¿Cómo se relaciona la ansiedad escolar con el rendimiento académico?. Revista iberoamericana de Psicología y Salud, vol. 4, pp. 63-76.
Sánchez, M. J., Parra, M., Sánchez, T., Montañes, J. y Blanc, P. (2006). Diferencias de ansiedad y rendimiento académico en el proceso de enseñanza-aprendizaje con créditos ECTS. Ensayos (21), pp. 203-215.