En la actualidad, especialmente las personas más jóvenes, cada vez evitan con mayor frecuencia los “grandes compromisos” a los que nos podemos enfrentar en la vida. ¿A qué se debe?
El compromiso se define como la obligación que contrae una persona. Es una fuerza interna que nos motiva a actuar a pesar de los obstáculos que podamos encontrar en el camino, para lograr aquellas cosas que son valiosas para nosotros o que deseamos que formen parte de nuestra vida. Y son los compromisos los que, en última instancia, dan sentido y significado a la misma.
La mayoría de la gente puede pensar que se refiere al hecho de contraer matrimonio, sin embargo, existen más formas de adquirir un compromiso. Por ejemplo, comprometerse con un trabajo para toda la vida, comprarse una casa… Son responsabilidades que, en otra época, era impensable no llevar a cabo.
Podemos comprometernos con las personas, con alguna causa o con nosotros mismos. Sin embargo, hoy en día la gente se compromete cada vez menos consigo misma, con sus ideales o sueños o con causas sociales o políticas. El motivo está en que no quieren responsabilizarse con nada o bien desean evitar a toda costa el potencial malestar, las molestias o el sufrimiento que cualquier compromiso pudiera ocasionarles. Lo mismo ocurre con el compromiso con otras personas, ya que temen que, si lo hacen, perderán su libertad individual, se sentirán “atados”, con más responsabilidades o incluso pueden llegar a pensar que tendrán que “cargar” con los problemas del otro/a. Todo esto puede generar tanto agobio y miedo que lleve a las personas a evitar todo tipo de compromisos, pues puede que no se sientan preparados para asumir responsabilidades en su vida.
Los compromisos no tienen ninguna connotación negativa, sin embargo, ¿por qué hay personas a las que esto les da miedo?
Generalmente, el miedo es una reacción natural que se da ante un evento negativo o amenazante para el ser vivo. Actualmente, no hay demasiadas cosas a nuestro alrededor que nos generen miedo como tal, por lo que dicho miedo lo hemos adaptado a nuestra condición presente.
Hoy en día valoramos el bienestar en nuestra vida por encima de muchas otras cosas, por lo que si vemos peligrar este bienestar, aparecerá la sensación de miedo. Por ejemplo, si somos personas a las que nos gusta viajar, o no nos identificamos con un lugar en concreto, nos dará miedo comprarnos una casa, porque puede significar que vas a establecer tu vida en ese punto en concreto, y es algo que amenaza un valor personal.
Esto, a su vez, puede considerarse un miedo a los cambios porque la persona no sea capaz de adaptarse fácilmente a otras situaciones y no logre reconocerlo.
Por tanto, puede decirse que este miedo se trata de un mecanismo de defensa llevado a cabo por nuestra mente cuando percibimos una situación de riesgo que amenaza o pone en peligro nuestra seguridad o tambalea nuestro bienestar.
¿Cómo identificamos a una persona con miedo al compromiso?
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- Les cuesta salir de su zona de confort. Les resulta difícil tomar decisiones que impliquen un cambio en su vida.
- Necesitan tenerlo todo bajo control. De no ser así, comienza a surgir la sensación de miedo.
- Les cuesta comunicar sus pensamientos y emociones.
- Presentan una alta intolerancia a la incertidumbre, la cual, unida al miedo y a la angustia, les paraliza en sus acciones.
- Suelen ser personas muy exigentes, con tendencia a establecer normas rígidas.
- Frecuentemente presentan baja autoestima y, en ocasiones, complejo o sentimientos de inferioridad.
- En general, son personas con tendencia a presentar altos niveles de ansiedad anticipatoria, por la cual anticipan sus miedos ante las situaciones comprometedoras antes de involucrarse en ellas, lo que les genera una ansiedad que inhibe su respuesta al compromiso. En ocasiones, pueden sentir que no serán capaces de afrontar o soportar todas las consecuencias que ese cambio o compromiso puedan suponer para ellas.
- Son muy inseguras, miedosas, dubitativas y con una alta necesidad de protegerse y de evitar a toda costa el malestar.
Todas estas características suelen aparecen en aquellas personas que estuvieron muy protegidas por su familia durante su infancia, o fueron educadas siguiendo un modelo altamente permisivo, todo lo cual les impedía desarrollar estrategias para hacer frente a distintos tipos de situaciones. Esto ha generado que en su vida adulta pueda asustarles tener que asumir ciertas responsabilidades, ya que nunca se les acostumbró a ello y, por tanto, fue algo que nunca aprendieron. Esto les lleva a sentirse incapaces de tomar ciertas decisiones, para ellos, trascendentales.
¿Cómo enfrentarnos a este miedo?
- Tomar conciencia de que se tiene este miedo.
- No evitar las situaciones, huir de un problema no hace que se disuelva. Al final, el único camino para salir de ese bucle pasa por enfrentarse a ese temor. De este modo, se deja de estar controlado por el miedo.
- Realizar los cambios de manera gradual en nuestra vida. De esta forma tenemos cierto control de la situación, y resulta menos estresante para la persona.
- Reconocer nuestras capacidades y limitaciones. De esta manera podemos encontrar un equilibrio personal.
- Aprender a valorarse a uno mismo como forma de fortalecer la propia seguridad de cara a la toma de decisiones para la realización de acciones comprometidas.
- Favorecer la expresión de pensamientos y sentimientos. Sentirnos comprendidos y obtener otros puntos de vista puede facilitarnos tomar una decisión.
Para terminar, cabe destacar el hecho de que el miedo al compromiso no ha de ser necesariamente algo negativo. En efecto, algunas personas se sienten cómodas con esta situación y no sienten la necesidad de comprometerse en ciertos aspectos de su vida, sin que esto suponga un problema para ellas. Sin embargo, otras personas pueden vivir este miedo con especial angustia, pues desean llevar a cabo compromisos en su vida pero no se sienten capaces de ello. Será en estos casos en los que las personas deberán plantearse la posibilidad de buscar ayuda o apoyo en algún profesional, el cual les podrá ayudar a detectar el origen de este miedo y de todos los aspectos de su personalidad relacionados con el mismo y a llevar a cabo un afrontamiento eficaz de éste a fin de que no les paralice en la consecución de sus deseos.
“Haz lo que temes y el temor morirá.” – Jiddu Krishnamurti (1895 – 1986) Escritor y orador en materia filosófica y espiritual.
Elena Flores Martínez
María D. Villegas Díaz
Referencias:
Founty, S. (2013). ¿Miedo al compromiso? http://soraya-founty.blogspot.com.es/2013/08/miedo-al-compromiso.html
Mató, E. Miedo al compromiso. http://www.mapfre.es/salud/es/cinformativo/miedo-compromiso.shtml
Molina, C. (2016). El miedo al compromiso. http://www.ciaramolina.com/el-miedo-al-compromiso/